La calidad de KNIPEX se encuentra en la suma de muchas funciones y características que se coordinan óptimamente entre sí. Se diseñan cuidadosamente, se fabrican con alta fiabilidad y se revisan estrictamente.
Todo
comienza con la forja de los brazos de cada pinza.
La
forma y dimensiones se generan a partir del diseño de la pinza y de
ahí se genera la forja del molde matriz.
Con un software especial KINPEX simula la distribución óptima y compactación del acero a 1.250 grados en la matriz.
KNIPEX
fabrica pinzas a partir de aceros seleccionados de alta calidad que
son producidos para nosotros siguiendo estrictas
especificaciones.
Las
matrices son fabricadas de un material especialmente resistente y
de gran precisión. El dimensionamiento y la precisión de las
matrices son unos condicionantes fundamentales que se reflejan en
la calidad y su funcionamiento.
Mediante
un gran número de fases de mecanización, las pinzas adquieren
gradualmente sus características de funcionamiento. Para ello
KNIPEX ha construido en muchos casos sus propias máquinas conforme
a necesidades específicas.
La
maquinaria muestra una gran concordancia entre la habilidad y la
experiencia de los técnicos de KNIPEX. Esta moderna
automatización es lo que nos permite alcanzar una gran
eficacia durante la producción.
Para
la puesta en práctica de nuestros estándares de calidad y
precisión, KNIPEX emplea la más moderna tecnología de
comprobación.
La
especial capacidad de rendimiento de nuestras pinzas requiere el
cumplimiento de las tolerancias más estrictas. En muchos
casos hablamos de centésimas de milímetros.
Incluso
un buen material no adquiere su resistencia en general ni su
resistencia al desgaste, sin un cuidadoso tratamiento térmico
con unas fases expresamente ajustadas entre si.
De
este modo KNIPEX crea una textura molecular que ofrece el máximo en
dureza y resistencia.
KNIPEX
dedica un especial cuidado a las áreas de trabajo de nuestras
pinzas, sobre todo a los filos de corte y los dientes de
agarre. Unas geometrías precisas y el templado adicional mediante
corriente de alta frecuencia proporcionan fiabilidad y una larga
vida útil.
Hacia
el final de la producción se realiza el “último control” y la
colocación de los mangos ergonómicos o revestimientos de plástico.
Seguridad ante todo: Cada uno de las pinzas aisladas debe superar,
entre otros, una prueba de tensión de 10.000 voltios.
KNIPEX cumple una promesa: 100 % de fiabilidad.